100 días primaverales ensombrecidos por Chehade
Escribe: César Zelada | Opinión - 26 oct 2011
Este fin de mes se cumple tres meses del gobierno de Ollanta Humala. Por primera vez en la historia, y a pesar de la mezquindad de la derecha, un presidente electo por el voto popular, demuestra su voluntad política de cumplir sus promesas aprobando leyes a favor del pueblo como la Ley de Consulta previa, aumento gradual de salarios, Ley de seguridad y salud del trabajo (en consenso con la CGTP), Leyes de impuestos a las mineras, etc. No obstante, el affaire Chehade, ensombrece todo lo avanzado, lo cual será utilizado por los que perdieron las elecciones para ridiculizar a Ollanta y el proyecto de la Gran Transformación.
Justamente, en función a estos avances positivos del gobierno es que, por primera vez en la historia también, la mariateguista Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), convoco a una movilización de masas para el 12 de octubre pasado que contó con la participación de decenas de miles de ciudadanos en todo el país.
Es verdad que a la consulta previa le falta un reglamento que debe elaborar la PCM (y que por presión de las mineras, puede ser tergiversado en su esencia). También es cierto que hubiera sido mejor conquistar los 6 mil millones de soles por concepto de impuestos a las mineras (como señala Diez Canseco), y no los 3 mil millones negociados. Ok, también es algo real que se “metió la pata” con la elección de algunos congresistas como la robacable, etc.
Sin embargo, ningún gobierno (con la excepción de Velasco), se atrevió a cuestionar el poder de la oligarquía peruana. Ollanta lo está haciendo. Este es el hecho objetivo (y no las abstracciones de la izquierda sectaria). Con sus limitaciones y sin un Partido bolchevique, la transformación está en marcha. ¿Cómo explicar sino la movilización de decenas de miles con la participación de nuevos movimientos como los Sin Techo? Lo que sucede es que la victoria del 5-j marca una nueva etapa de fuerza moral, política y orgánica popular. La victoria impulsa al movimiento. Y el movimiento social tiene sus propias leyes.
Y en efecto, en Tacna, estamos observando como un pueblo que voto casi en mayoría absoluta por Ollanta, dialécticamente, paralizó el 22 de setiembre demandando “Agua para Tacna y no para la Southern”. Fue un paro masivo que conto incluso con el apoyo de la clase media. Y es que el pueblo de Tacna (así como los que votaron por el nacionalismo en todo el Perú), cree que este gobierno es suyo (el MEM anulo la audiencia de la Southern por ilegal). Y luchara para que cumpla con su programa, pero también para derrotar las políticas de conspiración golpista y contra sus agentes en el Estado caduco. Por eso están equivocados los derechistas cavernarios si creen que el pueblo “atracará” un golpe sin salir a combatir.
Pero claro, en lo que no están equivocados los golpistas (esencia de la derecha y el fujimorismo), es en que el movimiento social, a cada paso adelante que de Ollanta, demandará otro más. Y en algunos casos desbordara al presidente y la política de concertación nacional impuesta por la derecha (como freno de contención a las demandas populares). Por tanto, las contradicciones entre cambio (Ollanta), y continuismo (oligarquía), tenderán a agudizarse. Solo las reformas democráticas y moderadas de Ollanta son una amenaza para los intereses de los grupos de poder.
Y el presidente lo sabe. Por eso acaba de armar su correlación de fuerzas en las FF.AA. y FF.PP. con gente de su promoción, tratando de garantizar la sumisión del aparato militar (No obstante, ya hemos visto anteriormente como a Velasco le dio un golpe Morales Bermúdez. Y en el 2002, la alta oficialidad de las FF.AA. fue parte del golpe de Estado contra Chávez).
Algunos hablan de derechización de Ollanta por el carácter del gabinete. Y apuntan a Castilla en el MEF (que dicho sea de paso mantiene el crecimiento económico), sin embargo, Lenin, bajo un contexto de desastre de la economía rusa, nunca prescindió de los técnicos pro capitalismo y estuvo a punto de dar en concesión la Siberia (Stalin invito a economistas norteamericanos). Pero bueno este es un solo factor polémico. Aún en términos de gabinete la presencia de Mocha García Naranjo le da un perfil de izquierda con sus posiciones políticas progresistas sobre el aborto, etc. ¿o no?, ¿Y el discurso de Ollanta en la ONU defendiendo al pueblo palestino, denunciando el bloqueo a Cuba y el poder transnacional no es acaso una posición de izquierda?
En fin, desde nuestro punto de vista, el performance del gobierno en estos cien primeros días fue de luz primaveral. Y creemos que el desarrollo del movimiento será contradictorio y complejo (Gobierno vs Estado y derecha política), pero con un Ollanta que quiere cumplir su palabra. No obstante, el factor Chehade, aparece como una sombra que amenaza con generar la primera crisis política desluciendo todo lo avanzado hasta ahora (al menos que Chehade renuncie).
El escritor Mirko Lauer redactó, “…Podría decirse que el anterior escándalo vicepresidencial solo afectó realmente al empresario Raúl Diez Canseco, cuya renuncia terminó con el problema. Pero eran otros tiempos, en que los destapes de la corrupción todavía no producían largas campañas mediáticas que juzgan al todo por una de sus partes, como sucede ahora…El otro efecto del caso Chehade y su contorno de casos es que en cierto modo descoloca a la comisión que se dispone a investigar al anterior gobierno…”, (diario La República, 22-10-11).
Y en efecto, en un principio, el nacionalismo trató de blindarlo, pero al salir las denuncias del Cnel. Arteta (tomadas por el prestigioso periodista Gustavo Gorriti), y las “metidas de pata” del propio Chehade, éste tuvo que “sacar cuerpo”. El destacado periodista Raúl Wienner habla del “horror de Chehade” al reunirse con jerarcas militares con quienes no tenía ninguna relación personal ni funcional. El propio Ollanta manifestó que la fiscalía debe ocuparse del tema y que no se blindará a nadie. Pero no está claro que esto vaya a solucionar la crisis que alcanza al ejecutivo.
Al contrario, la derecha política y mediática, tratará de destruir a Chehade, destapando “nuevos escándalos”, con el objetivo de salpicar a Ollanta, para debilitar su envestidura, y en el mediano plazo, demandar la vacancia presidencial.
Justamente, en función a estos avances positivos del gobierno es que, por primera vez en la historia también, la mariateguista Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), convoco a una movilización de masas para el 12 de octubre pasado que contó con la participación de decenas de miles de ciudadanos en todo el país.
Es verdad que a la consulta previa le falta un reglamento que debe elaborar la PCM (y que por presión de las mineras, puede ser tergiversado en su esencia). También es cierto que hubiera sido mejor conquistar los 6 mil millones de soles por concepto de impuestos a las mineras (como señala Diez Canseco), y no los 3 mil millones negociados. Ok, también es algo real que se “metió la pata” con la elección de algunos congresistas como la robacable, etc.
Sin embargo, ningún gobierno (con la excepción de Velasco), se atrevió a cuestionar el poder de la oligarquía peruana. Ollanta lo está haciendo. Este es el hecho objetivo (y no las abstracciones de la izquierda sectaria). Con sus limitaciones y sin un Partido bolchevique, la transformación está en marcha. ¿Cómo explicar sino la movilización de decenas de miles con la participación de nuevos movimientos como los Sin Techo? Lo que sucede es que la victoria del 5-j marca una nueva etapa de fuerza moral, política y orgánica popular. La victoria impulsa al movimiento. Y el movimiento social tiene sus propias leyes.
Y en efecto, en Tacna, estamos observando como un pueblo que voto casi en mayoría absoluta por Ollanta, dialécticamente, paralizó el 22 de setiembre demandando “Agua para Tacna y no para la Southern”. Fue un paro masivo que conto incluso con el apoyo de la clase media. Y es que el pueblo de Tacna (así como los que votaron por el nacionalismo en todo el Perú), cree que este gobierno es suyo (el MEM anulo la audiencia de la Southern por ilegal). Y luchara para que cumpla con su programa, pero también para derrotar las políticas de conspiración golpista y contra sus agentes en el Estado caduco. Por eso están equivocados los derechistas cavernarios si creen que el pueblo “atracará” un golpe sin salir a combatir.
Pero claro, en lo que no están equivocados los golpistas (esencia de la derecha y el fujimorismo), es en que el movimiento social, a cada paso adelante que de Ollanta, demandará otro más. Y en algunos casos desbordara al presidente y la política de concertación nacional impuesta por la derecha (como freno de contención a las demandas populares). Por tanto, las contradicciones entre cambio (Ollanta), y continuismo (oligarquía), tenderán a agudizarse. Solo las reformas democráticas y moderadas de Ollanta son una amenaza para los intereses de los grupos de poder.
Y el presidente lo sabe. Por eso acaba de armar su correlación de fuerzas en las FF.AA. y FF.PP. con gente de su promoción, tratando de garantizar la sumisión del aparato militar (No obstante, ya hemos visto anteriormente como a Velasco le dio un golpe Morales Bermúdez. Y en el 2002, la alta oficialidad de las FF.AA. fue parte del golpe de Estado contra Chávez).
Algunos hablan de derechización de Ollanta por el carácter del gabinete. Y apuntan a Castilla en el MEF (que dicho sea de paso mantiene el crecimiento económico), sin embargo, Lenin, bajo un contexto de desastre de la economía rusa, nunca prescindió de los técnicos pro capitalismo y estuvo a punto de dar en concesión la Siberia (Stalin invito a economistas norteamericanos). Pero bueno este es un solo factor polémico. Aún en términos de gabinete la presencia de Mocha García Naranjo le da un perfil de izquierda con sus posiciones políticas progresistas sobre el aborto, etc. ¿o no?, ¿Y el discurso de Ollanta en la ONU defendiendo al pueblo palestino, denunciando el bloqueo a Cuba y el poder transnacional no es acaso una posición de izquierda?
En fin, desde nuestro punto de vista, el performance del gobierno en estos cien primeros días fue de luz primaveral. Y creemos que el desarrollo del movimiento será contradictorio y complejo (Gobierno vs Estado y derecha política), pero con un Ollanta que quiere cumplir su palabra. No obstante, el factor Chehade, aparece como una sombra que amenaza con generar la primera crisis política desluciendo todo lo avanzado hasta ahora (al menos que Chehade renuncie).
El escritor Mirko Lauer redactó, “…Podría decirse que el anterior escándalo vicepresidencial solo afectó realmente al empresario Raúl Diez Canseco, cuya renuncia terminó con el problema. Pero eran otros tiempos, en que los destapes de la corrupción todavía no producían largas campañas mediáticas que juzgan al todo por una de sus partes, como sucede ahora…El otro efecto del caso Chehade y su contorno de casos es que en cierto modo descoloca a la comisión que se dispone a investigar al anterior gobierno…”, (diario La República, 22-10-11).
Y en efecto, en un principio, el nacionalismo trató de blindarlo, pero al salir las denuncias del Cnel. Arteta (tomadas por el prestigioso periodista Gustavo Gorriti), y las “metidas de pata” del propio Chehade, éste tuvo que “sacar cuerpo”. El destacado periodista Raúl Wienner habla del “horror de Chehade” al reunirse con jerarcas militares con quienes no tenía ninguna relación personal ni funcional. El propio Ollanta manifestó que la fiscalía debe ocuparse del tema y que no se blindará a nadie. Pero no está claro que esto vaya a solucionar la crisis que alcanza al ejecutivo.
Al contrario, la derecha política y mediática, tratará de destruir a Chehade, destapando “nuevos escándalos”, con el objetivo de salpicar a Ollanta, para debilitar su envestidura, y en el mediano plazo, demandar la vacancia presidencial.
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